Como todos los días comenzamos en el autobús con un sueño impresionante pero una nueva guía no cedía en su empeño de mantenernos despiertos mientras nos explicaba los pueblos que íbamos a visitar, en el primero vimos el complejo de verano del papa que no le faltaba un detalle tenia entre otras cosas piscina y un pequeño observatorio. Del primer pueblo caben destacar las bonitas vistas al lago.
En el segundo pueblo estuvimos más tiempo viéndolo y fue allí donde comimos, yo concretamente comí en un restaurante que dejó mucho que desear. Pese a eso la visita estuvo muy bien.
Ya en el hotel íbamos a tener la ultima fiesta pero nos comunicaron que por algunos problemas no se pudo hacer por tanto nosotros mismos nos montamos la fiesta en las distintas habitaciones.
José María Maldonado.
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